"La tortuga que anduvo tanto tiempo y tanto vio con sus antiguos ojos, la tortuga que comió aceitunas del más profundo mar, la tortuga que nadó siete siglos y conoció siete mil primaveras, la tortuga blindada contra el calor y el frío, contra los rayos y las olas, la tortuga amarilla y plateada, con severos lunares ambarinos y pies de rapiña, la tortuga se quedó aquí durmiendo,y no lo sabe" Pablo Neruda

martes, 7 de abril de 2009

De encajes y de sueños...

Uno debería de repente subirse a un pedestal y no bajarse de ahí en todo el día. Uno como mujer deberías despertarte un día, tomar un baño, perfumarte el cuerpo, ponerte tu lencería más cara, subirte a los tacones más altos que tengas y pintar tu boca de carmín. Ponerte lo más guapa que puedas ser. Disfrutar cada una de las partes de tu cuerpo frente al espejo, dedicandole más tiempo a áquellas que sientes son tu mejor fuerte, ya sabes, para subirte un poco el ánimo y no hablemos del ego, ego de mujer que por poco de me deja sin espacio en este post. Deberías también aprovechar esta temporal seguridad y confianza de súper modelo y darte una vuelta en una plaza concurrida, seguro más de alguno te hace algún comentario: ¡es que llevas el alma muy guapa!.

Ser mujer es una monada, en serio. Hay días en que me siento tan mal, pero el simple hecho de recordar mi género me inyecta de unas energías y unas ganas de vivir que sólo siendo mujer comprendes. Sé, no soy ciega, que muchas mujeres viven condiciones muy diferentes a las mías, pero en este post quisiera también incluirlas y borrar las penas y condiciones de represión a las que tristemente se ven sometidas. Sé que es un sueño infantil. Ellas también tienen el alma guapa, sólo que las han hecho olvidar eso. Lo digo porque en algún momento de mi vida, fuí una mujer con alma guapa pero con amnesia.

Quiérete, quiérete una y mil veces más.
Mímate, regálate, atiéndete, ámate, échate flores tú misma, ínvitate una cena elegante contigo misma, cómprate ese prendedor que es una chulada sólo porque sí, véte al espejo siempre que puedas, la vanidad nos es permitida, somos mujeres no lo olvides. Llénate de encajes y de sueños, de lágrimas de perlas, de corazones rosas, de manos caballerosas, de sentimientos exclusivos de mujeres como tú y cómo yo. Ama como sólo una mujer puede amar, cuida como sólo una mujer pueda hacerlo, besa como sólo una mujer sabe y vive llenando de vida a quienes te rodean. Somos mujeres, no lo olvides. Somos seres mágicos, alimentamos a la vida, curamos heridas con besos, llevamos a cuestas cargas que pesan más de lo que pesamos nosotras mismas, perdonamos como sólo una madre puede hacerlo y tenemos los clósets llenos de 20 pares de zapatillas negras(¡hey, se parecen pero no son iguales!).


Yo hoy celebro ser mujer, ser una mujer con los pies firmes pero el corazón alado. Una mujer con la cabeza fría para defender amorosamente a quienes ama. Una mujer que sueña con estar enamorada y ser amada. Una mujer que si bien hoy se siente sola, no está sola porque se tiene la compañía más valiosa que puede haber: a sí misma. No es egoísmo sino disfrutarse de sí misma. Una mujer que tiene en el corazón enamorado indebidamente, de la persona incorrecta, pero que teniendo el corazón correcto, también lo tiene lleno de esperanza y sabe que al final del día, de algún día que espera no sea tan lejano, despertará muy temprano, tomará un baño, se pondrá su lencería más cara, se subirá a los tacones más altos, se vestirá la boca de carmín, pero esta vez lo hará para tí. Para tí que no teniendo nombre ni rostro siempre has ocupado un lugar en este corazón de mujer. Un corazón de mujer que hoy celebro.